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Liquidámbar
Carmen Villoro 
Mantis Editores, 
México, 2017.

 
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No. 102 / Septiembre 2017


 

Del apartado "Manto de humo"

4

Mi padre se hizo humus.

humus (del la. humus). m. Agr. y Geol. Conjunto de los compuestos orgánicos presentes en la capa superficial del suelo, procedentes de la descomposición de animales y vegetales.

Descomponte, materia
desbarata las ligaduras de tus átomos
vínculo de moléculas
relación estrecha de elementos y causas.

Púdrete, materia, hasta el fermento.
Deconstruye la historia.

Lleva el tiempo a la desembocadura de los ríos
al lodo que perdura
en las comisuras de la piedra.

Todo lo que hay en mí de vegetal
lo que del animal que soy me queda
arrástralo hasta el límite
de la existencia orgánica
donde nace la risa de los ajolotes
el sol de las bacterias.

Dame, humus
el sedimento de la fe
la creencia impoluta de los ciclos
la espuma que redime.

 

5

Mi papá tuvo huesos.
Tuvo páncreas, pulmones, córneas
encías, intestinos y vasos capilares.
Por sus venas corrió la sangre
yo la vi alguna vez.

Lo puedo asegurar:
era de carne y hueso.

Pero este polvo gris
viene del mar.
En un trofeo de plata
guardaron el oleaje.

Yo les entregué el cuerpo de mi padre
y ellos me devolvieron caracoles.

Porque el mar no perdura.
Se retira en silencio
se evapora
cuidadoso de no ser sorprendido
se va
dejando sus reliquias.

 

6

Mi padre me hizo humana.

humanidad (del lat. humānitās, -ātis). 1. f. naturaleza humana. 2. Género humano. 3. Conjunto de personas. 4. Fragilidad o flaqueza propia del ser humano. 5. Sensibilidad, compasión de las desgracias de nuestros semejantes. 6. Benignidad, mansedumbre, afabilidad. 7. Cuerpo de una persona. 8. Letras humanas.

Mi padre me convocó. Me hizo de naturaleza humana, me incluyó. El cuerpo de su persona me hizo cuerpo: carne de su carne y sangre de su sangre. Yo soy el otro nombre de mi padre, el que quiso decir para signarme y resignarse. El que juntó mi ser en un atado de huesos y tejidos con los amarres fuertes del deseo. Soy la promesa de su talón de Aquiles, el vértigo de la biología que gobierna el misterio de ser padre. Ser hija me hace pertenecer a lo fecundo: me fecunda. He aquí el verdadero síndrome de Edipo, su complejo de nudos capilares, el ciego transitar de polen en la generación que abre sus flores a otros días, años postreros que no verán mi padre. Soy la flaqueza ardiente de su ser que ya se disolvió dejando su humanidad entre mis labios. Soy su saliva espesa y su linfa y su gloria; su bondad y los párpados cerrados que guardarán el sueño que tuvo sobre mi destino y sobre el desenlace de mis hijos, y la cal de sus huesos en mis huesos que crepitarán como hicieron los suyos. He sido un ser humano. Todo este tiempo he sido un ser humano por el nombre del Padre.

 

 

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