...................................................................
Aliento
Mariana Bernárdez México,
La Cabra Ediciones-Secretaría
de Cultura, 2017.
 
.....................................................................
No. 110 / Junio-julio 2018

Lo quemado
Al caer, nuestros pies quemaron la tierra.
Libro de Adán y Eva

Conocer el regreso por lo quemado, ceniza en huella de lo que alguna vez brotó,
no la voz sirena del avistar la isla de la buenaventura,
ni el lenguaje de los pájaros pendiendo de la rama del árbol de la cruz.
Saber por lo quebrado, por la herida, por el signo, el habla segada:
vestigio del diluvio y de la babel imaginaria.



No te desencuentres de mí
cuando la noche nos descobije
que sean tus labios mi retorno
mi convite
mi ensueño

No te alejes a la deriva
que a ti voy enredada
para andar lo suelto
que de no ser así
no habría podido renunciar
a lo una vez tan querido
esas palabras benditas que me cantan
y que me reclaman en su presencia
y que vuelven de la mano de otro
a recordarnos el cuerpo luminoso que somos

y cae

cae

cae la luz.




Lo que se da a ver
es a través de lo cóncavo
ese golpe de transparencia
………….que refulge
en una luz que ya no es luz
un estrecho donde lo abrasado
es marca
porque lo que rueda
no es la mente
sino las letras de lo ígneo
que incendian a su paso
la hoja y la rama de lo escrito.




Una línea que sea puntal
más que un levante
una incisión
que quiebre la tersura del papel
y que vuelque su nomenclatura
en la notación de lo in.blanco.




La mirada
hace vacío
cursa lo abatido
el enjambre tornasol
la veladura

Desbordarse es arrojarse
a la pira de la no.salvación

Rastra.




Ahí por donde caminas
…………………….el mundo se empequeñece
Hay días
…………que el deseo de ti lacera
…………………..la cercanía de una profundidad
…………………….intuida al alba de tus ojos
…………ventolera que abrillanta
…………palabra sobre palabra
…………la sombra del corazón.




Desbandada de pájaros en la hora altísima del fuego
no tu mano en señal de la piedra que es cimiento
no tu aliento en surco de piel por nuestro cuerpo
no del vientre ni del pasmo que sobreviene
sino de aquellos que se llaman desde lejos

No gemido
no hueco
sino hallazgo de saberse uno tan de otro

Misterio y quebranto del misterio

Silencio y pulso
que bautizan lo innombrable
lumbre que agrava con su monzón
y que arrebata y desnuda y cimbra a su paso
el estero que se forma
cuando el abrazo es un relámpago
No fulgor
no reciedumbre
sino atisbo de lo previo y del siempre
porque sólo se guarda lo querido
o lo alguna vez parte del corazón.

Evanescencia.




Toma pues esto que soy
Este nombre
que rezuma en su bautizarse
no la carne del deseo
sino el anhelo largamente perseguido
que sólo es vencido cuando al pronunciarnos
soy parte y todo en ti.




Ven, dijiste
…………que habremos de atravesar lo oscuro
o el humo o el desasosiego
ese negro que de tan suyo resplandece
en destello ínfimo de faro en lontananza
¿Para qué atajar el extremo del talud
si el vacío engulle labios como espadas?

Detén tu paso en su orla y acaricia la lejanía
que ya los dioses
…………han mordisqueado lo alguna vez sido

Ven

y para nacernos
cruzamos la fiereza del desatino.