Dicen que se esconde por modestia. No es así.
Se esconde para poder captar su propio secreto.
Clarice Lispector
Una mujer sentada
La señora se descorazona,
se agacha, se inclina.
Su hijo le tira de la manga
del abrigo marrón.
Ella toma café.
Hay una tarde rota de colores rotos.
Hay una tarde fría.
Ella tiene sombras de sombras
en los ojos.
(debajo de los anteojos negros)
Ella toma café y su hijo la mira.
Obstinato doméstico
raro
ver a Dora cocinando lentejas
su gato blanco
con semejantes ojos
raro
este hacer las camas
para deshacer las camas
limpiar el piso
luego ensuciar el piso
festejar cumpleaños
los globos
raros
raro
mirarnos en el espejo
y peinarnos
peinarnos
tan obstinadamente
fatalmente
raro
este abrir las puertas
para cerrar las puertas
encender las lámparas
luego apagar las lámparas
limpiar los vidrios
de la casa con furor
para que vuelvan a empañarse
con la lluvia
El sol ajeno
Todo está en calma ahora, Claudine.
-¿Y ese perfume obsceno del verano y la noche?
-¿Y ese perfume obsceno de los hombres?
Tenso horizonte negro que se estira.
-¿Hacia dónde?
A lo lejos
brillan
las terrazas de otros:
altas pistas en fuga, magníficos imperios.
Lejanas terrazas de los otros.
Ajenas, inaccesibles,
blancas.
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